Nos atrevemos a adivinar lo que estás pensando después de leer el título.

Que seguro que eso de la cultura de aprendizaje está muy bien, pero que no te da la vida con toooodo lo que tienes que hacer en tu empresa.

¿Hemos acertado?

Pues no te preocupes, porque lo que te vamos a contar te va a ahorrar muchas de esas cosas que tienes que hacer (y el dinero que pierdes en ellas).

¿Que cómo le va a ahorrar dinero a tu empresa la cultura de aprendizaje?

«Las organizaciones que adoptan una cultura de aprendizaje crean un entorno que incentiva la curiosidad y la compartición de conocimiento, que a su vez lleva a mejorar los resultados del negocio (San) Google.

Te lo dice una empresa que ha generado un nuevo verbo utilizado a escala mundial. ¿Cuántas veces googleas algo al cabo del día?

Pues eso.

Qué es la cultura de aprendizaje

La cultura de aprendizaje es una filosofía de empresa que basa el desarrollo en la adquisición y puesta en común del conocimiento por parte de las personas que trabajan en ella.

Ahí queda eso.

Dicho de otra manera: en una organización que funcione según la cultura de aprendizaje lo de formarse no es algo que se haga para cubrir un expediente; forma parte del funcionamiento habitual de la empresa.

Se anima al equipo a aprender y a compartir los conocimientos con el resto del grupo.

¿Para qué?

Pues mira, mejor le dedicamos a esto un apartado completo, que hay mucho (y bueno) que contar.

Beneficios de la cultura de aprendizaje

Vamos a lo que vamos, que te hemos anunciado beneficios y a estas alturas te hemos contado muuuuy poquito sobre la cultura de aprendizaje (aún).

1. Compartición del conocimiento

Uno de los problemas que eternizan cualquier proceso en una empresa es el aislamiento entre departamentos.

La información no circula entre ellos y se crean los temidos silos; microecosistemas que trabajan de manera independiente (aquí te explicamos cómo solucionar ese problemilla).

¿Por qué es esto un problema?

Porque sin comunicación no se puede trabajar por un proyecto común.

Es imposible entender los objetivos de otros departamentos y hace que la cooperación entre ellos sea una misión imposible.

Si tienes el conocimiento, compártelo. Nada de secretitos.

Si todos los miembros de tu equipo están al tanto de la información de tu empresa y de lo que se cuece en ella se pueden hacer un mapa de su papel en el engranaje.

Resumiendo: saben cómo pueden ayudar con su trabajo a lograr los objetivos comunes.

2. Impulsa la innovación continua y la resolución de problemas

Imagina que en tu empresa el conocimiento es accesible para toda la plantilla y la comunicación fluye entre departamentos.

Todo el mundo es capaz de ver «la imagen completa» de tu empresa: qué es, cómo es, qué hace y cuáles son sus objetivos.

¿Qué pasa entonces?

Que todo el mundo sabe también cómo puede contribuir a lograr esos objetivos.

Y, si creas un espacio acogedor para recibir la aportación de nuevas ideas o visiones, no tardarán en aparecer posibles mejoras al funcionamiento de la empresa.

Porque somos personas y nos gusta comunicarnos.

Y la conexión entre los equipos de los diferentes departamentos creará una corriente de ideas cruzadas que llevará a probar soluciones nuevas para problemas ya existentes.

Es decir: a innovar.

Que es la manera de mejorar, porque hacer las cosas tal y como siempre se han hecho es una garantía como un piano de que nada va a cambiar.

Y lo que queremos es mejorar, ¿verdad?

3. Mejora de la productividad (y de los beneficios)

Ya conoces el dicho: «equipo feliz, empresa que lo peta».

Vale, el dicho nos lo acabamos de inventar, pero sabemos (y tú también), que es una verdad como un templo.

Si tienes un equipo descontento solo hay dos posibilidades para tu negocio:

1. El personal acabará huyendo, con el coste en tiempo y dinero que ello supone (por no hablar de la pérdida de talento).

2. La falta de implicación (de los que se queden) en los objetivos de la empresa hará que tus beneficios disminuyan. Y no queremos eso, ¿verdad?

En su empresa pasaron de lo que te acabamos de decir. (Vía Giphy)

La buena noticia es que está en tu mano cambiarlo.

Las personas que sienten que aportan algo valioso a su empresa (y que esta se lo reconoce) están más motivadas.

Son más proactivas y están más predispuestas a darlo todo por un proyecto en el que sienten que aportan algo más que tiempo.

Y esto se traduce, claro, en mayor productividad.

Y ¿qué pasa cuando aumenta la productividad?

Exacto: que aumentan también los beneficios.

4. Aumentan el sentimiento de pertenencia y la retención del talento

¿A quién no le gusta sentir que se le valora?

Al invertir en el crecimiento y el desarrollo de tu equipo, tu plantilla siente que valoras su aportación y que esta es importante a la hora de lograr unos objetivos.

Todas las personas se identifican con el proyecto, comparten conocimientos e ideas y se implican personalmente para lograr los mejores resultados posibles.

¿Quién no querría trabajar en un equipo así?

Con un ambiente laboral como ese el sentimiento de pertenencia crece y retiene el talento de tu equipo.

Y ayuda también a atraer nuevo talento que quiere ser valorado en su trabajo.

Cómo crear una cultura de aprendizaje

Sí, eso de los beneficios está muy bien, pero ¿qué tienes que hacer tú para lograrlos?

1. Escoge la herramienta ideal para tu empresa

Antes de decidir qué vas a compartir con tu equipo, piensa cómo quieres hacerlo.

¿Cuál es la manera más cómoda de aprender para las personas que trabajan contigo?

Nosotros apostamos por el aprendizaje a demanda (on demand learning).

¿Por qué?

Porque facilita, y mucho, las cosas a la hora de aprender. Y de eso va lo de la cultura de aprendizaje, ¿no?

Con el aprendizaje a demanda, tu equipo podrá acceder a tus contenidos en cualquier momento y desde cualquier lugar.

¿Sabías que la participación y el aprendizaje mejoran cuando las personas pueden avanzar a su propio ritmo?

Aunque sea este. (Vía Giphy)

​Como lo oyes, así que ponle las cosas fáciles a tu equipo: que no necesite más que conectarse a Internet desde cualquier dispositivo para formarse cuando mejor le vaya.

O cuando necesite la información, que es de lo que se trata.

2. Identifica las necesidades de tu equipo

Antes de ponerte a ofrecer formaciones a lo loco, mira a tu alrededor: ¿en qué punto estás?

¿Qué conocimientos necesitan las personas que trabajan contigo para hacer mejor su trabajo?

¿Herramientas? ¿Prevención de riesgos? ¿Atención al cliente?

¿Y para conocer mejor la empresa?

Ojo con pasar por alto este punto. Tu empresa es el medio natural en el que se desenvuelve tu equipo cada día.

Si no lo conoce, mal vamos.

¿Te has planteado alguna vez cómo se siente una nueva incorporación a tu plantilla?

Entre que se sitúa y no se sitúa, pregunta a un compañero y a otro, puede tardar varias semanas en empezar a hacer su trabajo con una cierta normalidad.

Una formación de onboarding acelera este proceso y te ahorra el tiempo y el dinero que dedicas a esa persona antes de que sea realmente productiva.

De nada.

3. Utiliza formato de contenido atractivo

Llegó el momento de decidir cómo presentar la información. ¿Estás pensando en cursos eternos repletos de datos?

Pues mira, para hacer lo mismo de siempre te puedes ahorrar el seguir leyendo.

Pero si quieres mejorar los resultados, innova.

El microaprendizaje es el formato ideal para tus formaciones

¿Qué es eso del microaprendizaje?

No, esto no es. (Vía Giphy)

En realidad lo has visto 1000 veces por ahí: las famosas píldoras formativas. Contenidos muy breves en los que se da información sobre un solo concepto.

¿Por qué hacer material tan cortitos si quieres que tu plantilla aprenda mucho, mucho, mucho?

  • Primero, porque hace la formación más amena; nada de tostones inacabables que invitan a desconectar y hacer mentalmente la lista de la compra.
  • Segundo, porque la retención de la información mejora en sesiones más cortas.
  • Y, tercero, porque tu equipo podrá consultarla para solucionar un problema concreto en el momento en que lo necesite.

Sin necesidad de rebuscar entre contenidos densos e inacabables y, sobre todo, sin interrumpir la tarea que estén realizando en ese momento.

Aprender y aplicar.

Fácil.

1. El vídeo es tu amigo

¿Por qué somos megafans del vídeo?

Porque la información en este formato es más fácil de retener.

La mayoría de las personas retiene hasta un 95% de lo que le cuentes en un vídeo; no está nada mal, ¿no?

Si quieres que se queden solo con el 10%, usa el texto. 😉

2. Incluye tests en tus formaciones

Aquí somos muy de preguntas y respuestas, así que te presentamos a la estrella, la muy mejor manera de que todo esto funcione: el test.

Incluye un test después de cada píldora formativa; es una herramienta infalible contra la dispersión, ya que tu equipo tendrá que recordar el contenido para responder.

Por no decir que aumenta la participación y hace del aprendizaje algo más que un bombardeo de información.

¿Aún quieres más?

¿Dónde hay que apuntarse a esta formación?

.3. Gamifica tus formaciones 

Haz de la experiencia de aprendizaje lo más parecido a un juego.

Nos pasamos la vida mirando el móvil, pulsando botones por diversión. ¿Por qué no asociar el aprendizaje justo a eso, a la diversión?

Organiza las píldoras en niveles y permite que tu equipo vea su progreso; que las personas ganen puntos con cada formación completada; crea rankings entre los miembros de tu plantilla…

Que no puedan resistirse a hacer «solo una píldora más».

4. Recompensa a tu equipo

¿Tienes que pagar más a tu plantilla por formarse?

Bueno, como tú veas, pero hemos quedado en que la motivación era uno de los beneficios principales de la cultura de aprendizaje, ¿verdad?

¿Nos movemos solo por pasta?

Afortunadamente, no.

A las personas nos gusta sentirnos escuchadas y valoradas, y «solo» eso es suficiente para disparar nuestros niveles de motivación.

¿Qué crees que sentirá un miembro de tu equipo que, además de sentirse valorado y poder crecer profesionalmente con tus formaciones, reciba reconocimiento por ello?

¡Subidón!

5. Mide resultados

Si no sabes si lo que haces está funcionando, vamos mal.

Así que analiza, haz el favor.

Una buena herramienta formativa permite medir el éxito de las formaciones a través de los tests que hay después de cada píldora.

Así podrás conocer los avances de tu equipo. Resumiendo: si vas por buen camino o hay que reajustar.

Y, ya que estás, añade también pequeñas encuestas para tener feedback de los miembros de tu equipo.

Conocer su nivel de satisfacción, tanto con las formaciones como con otros aspectos de la empresa es otra buena manera de saber en qué punto estás y cómo puedes mejorar.

Recuerda: la información debe fluir en todas las direcciones. ?

¿Qué? ¿Para cuándo lo de la cultura de aprendizaje en tu empresa?

Como ves, la pregunta no es si la vas a implementar, sino cuándo quieres empezar a aumentar los beneficios de tu empresa.

Si la respuesta es «ya», tenemos una buena noticia para ti, y es que podemos ayudarte (y mucho) a conseguirlo.

Empieza a crear formaciones personalizadas para tu empresa y comienza a hacer realidad eso que te hemos contado tan bonito de la cultura de aprendizaje.

¿Cómo? Con Zapiens, claro. ¿Sabes todos esos puntos del apartado anterior? Pues nuestra herramienta los cubre todos.

Todos, toditos:

  • Aprendizaje a demanda
  • Gestión del conocimiento de la empresa
  • Microentrenamientos (así llamamos a nuestras formaciones) tipo test con píldoras informativas, vídeos, gamificación…
  • Sistema de recompensas y reconocimiento a las personas más activas
  • People Analytics con métricas para que hagas el mapa del conocimiento de tu organización

Y ahora viene lo mejor: no tienes por qué creértelo, solo porque te lo digamos. Puedes registrarte ahora mismo y usar Zapiens en tu equipo hasta 20 usuarios. Venga, que es gratis para siempre.

¿Todo listo para potenciar vuestra cultura de aprendizaje?

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